EL primer símbolo es María. La mujer que se estremece de júbilo en el humilde portal de Belén y de angustia en el trágico calvario. Ella en todas las secuencias de los ministerios y los gozos cristianos encarna la epopeya en los trances de los nobilísimos ejemplos. Desde la misma profética anunciación hasta el dramático viacrucis y la resurrección del Señor. Tal la parábola de la Madre. La angustia de su doctrina. Su humildad y destino. Luego los testimonios en el Curso de la Historia del Universo fecundan el patrimonio de su incomparable capacidad de Amor; las mitologías antiguas la deifican en imágenes que consagran su ternura, exaltando la sensibilidad de su espíritu.
Colegio María Auxiliadora: Parábola vital a la devoción de María
En la figura de la mujer que nos ha dado el Ser, vemos asimismo encarnados los ideales que rebozan nuestra actitud fundamental en la vida. La Patria, el fuego, el árbol, la casa solariega con su alar y su jardín. Todo en ella convoca nuestro amor porque ella es vida, flor de nuestros pensamientos. Aun la tumba es un Altar de recuerdos.
Viva o ausente es la estrella que sigue rutilante el camino que por el cielo va marcando las huellas de sus sacrificios. Todo va en pos de su serenidad cuya palabra en el viento escribe la nostalgia de su fervor purísimo. No hay mentira capaz de destruir su mito. Ni ha existido huracán capaz de despejar su furia. Su rito tiene punto en el corazón de todos los mortales. Un templo: la casa donde se arrodilla la esperanza y la fe se inclina con mística devoción.
Ann Jarvis, la muchacha norteamericana que sugirió la idea de consagrar un día del año a venerar la Madre, era una jovencita rubia, común y corriente cuya biografía solo exalta aquella tenacidad que tuvo para convencer a todo un pueblo como el de Estados Unidos para que declarase para siempre en el calendario de sus homenajes universales un día de mayo –el mes en que murió su madre- dedicado a la mujer que engendro nuestro Ser (1).
Las celebraciones por el día de la madre se iniciaron en la Grecia antigua, en las festividades en honor a Rhea, la madre de Júpiter, Neptuno y Plutón. En el siglo XVII surge en Inglaterra la celebración denominada “Domingo de Servir a la Madre” en la cual se honraba a las madres de Inglaterra y los criados tenían permiso y el día pagado para ir a visitar a sus madres. En 1907 un Sr. apellidado Jarvis, comenzó una campaña para establecer el día de la madre, persuadió a la iglesia en Grafton, Virginia Occidental de celebrar el día de la madre en el segundo aniversario de la muerte de su madre, el 2do domingo de mayo. Al siguiente año el día también fue celebrado en Philadelphia.
Ann Jarvis, la muchacha norteamericana que sugirió celebrar el «DIA DE LA MADRE» |
El origen del «DIA DE LA MADRE» es la tierna historia de una joven que pierde prematuramente a su madre. Una que concibió la idea de dedicar un homenaje, un día sin igual, para rendirle tributo a la madre. La estadounidense Ana Jarvis de Philadelphia, luego de la muerte de su adorada madre en 1905, decide escribir, a maestros, religiosos, políticos, abogados y otras personalidades, para que la apoyen en su proyecto de celebrar el «DIA DE LA MADRE» en el aniversario de la muerte de su propia madre, el 2do domingo de mayo. Tuvieron muchas respuestas, y en 1910 ya era celebrado en casi todos los estados de los Estados Unidos. Viendo la joven Jarvis, la gran acogida a su iniciativa, logró que el Congreso de los Estados Unidos presentara un proyecto de ley a favor de la celebración del «DIA DE LA MADRE», en todos los Estados Unidos. En 1914, luego de deliberar y aprobar el proyecto, el Presidente Woodrow Wilson firmó la petición que proclamaba el «DIA DE LA MADRE» como día de fiesta nacional, que debía ser celebrado el segundo domingo del mes de mayo. Posteriormente otros países se fueron sumando a la celebración y Ana Jarvis pudo ver a más de 40 países de diferentes partes del mundo en este acontecimiento sentimental que no tenía otro fin que rendir homenaje y enaltecer a ese ser que da parte de su ser para dar vidas, y aún su vida por el fruto de sus entrañas .
Lo que más conmovió a Miss Jarvis, fueron las palabras que le dirigió el Presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson, cuando por primera vez en Norteamérica se cumplía la Ley sugerida por su persona…”Mis Jarvis, es sin lugar a dudas la mujer más convincente que he conocido en mi vida. Ella misma puso la pluma en mis manos para que declarara el Día de las Madres como fiesta oficial de nuestra Nación. Esta dama es, sencillamente irresistible cuando se propone algo”
Ann Jarvis murió bastante anciana. A los 84 años, en 1948 y, casualmente, un segundo domingo de mayo cuando se festejaba este Día que ella sugirió y logro gracias a ese generoso estimulo de su vida consagrada a hacer bien y trabajar en todas aquellas obras y empresas que consideraba digna de su tributo. Su fortuna estuvo al servicio de los demás.
Monumento a la Madre, en el bulevar “Roosevelt” Barrio El Recreo
En Barranquilla, gracias a las gestiones del Club de Leones y a la colaboración de la Asociación Juvenil Árabe del barrio de El Recreo y la Coordinación de la oficina de Extensión Cultural del departamento del Atlántico, se levantó el monumento a la Madre, en el bulevar “Roosevelt” donde todos los años se realizan actos simbólicos del homenaje a dicha fecha. (2)
Bibliografia:
1 y 2 Imagen temporal de Barranquilla, De la Espriella Alfredo
El Heraldo, Mayo 11 de 2003
0 comentarios:
Publicar un comentario