sábado, 8 de agosto de 2020

Escuela y pandemia: ¿Por qué la escuela y la educación no deben volver a ser la misma? ¿Cómo deberían ser?

 

   En la actual “coyuntura de la pandemia” del covid 19, la educación colombiana y en general a nivel global, se vive un periodo especial o de excepción que implica la incorporación de las tecnologías de la información al quehacer pedagógico que pone en “crisis” la misma acción formativa e instructiva, pero entendamos que la “crisis” no es más que la irrupción de “circunstancia adversas” y que luego significan un paso o salto cualitativo que propiciará los mejores escenarios para el aprendizaje y autoaprendizaje, es decir, una gran oportunidad de transformación de todo el entorno escolar. Ciertamente las circunstancias adversas están en el orden del día:

·         El acceso en condiciones de igualdad a los recursos didácticos: computadores, tablex, teléfonos móviles, conectividad, entre otros.

·         La situación socioeconómica y cultural del entorno familiar del estudiante

·         La absorbente distracción del entretenimiento que ofrecen los juegos virtuales y las redes sociales, advierto el entretenimiento, la curiosidad, la lúdica y el ocio son la madre de la ciencia y convierten la información en conocimiento.

·         Los estados de ansiedad y angustia existencial en las personas de todas las edades, solo por mencionar algunos.

   Pero el objetivo de esta propuesta no es quedarnos en el “diagnóstico de la realidad” sino ir más allá, la superación inminente de las dificultades y sobretodo dar respuesta concreta en la acción a la pregunta: ¿Por qué la escuela y la educación no deben volver a ser la misma? ¿Cómo debería ser? Esto no quiere decir que el quehacer pedagógico anterior sea del todo negativo, ya que se rescata la implementación de enfoques y modelos pedagógicos innovadores que han aportado estrategias y herramientas de aprendizaje motivacionales para el aprendizaje de los estudiantes.

 Estanislao Zuleta: Evaluación y Crítica a la educación tradicional

Pero, insisto en la pregunta: ¿Por qué la escuela y la educación no deben volver a ser la misma? Porque el mundo cambió.  Si, aunque a veces nos parezca extraño,  cambios que se dan en todos los ámbitos, por ejemplo el uso de las TICs, quedan definitivamente vinculadas al autoaprendizaje, lo que hay que mejorar es la conectividad, entonces la labor, La guía del maestro consistirá en hacer una mediación “Carpe dien” en el uso de estos recursos; enfrentamos desafíos actuales y por venir de pandemias, cambio climático, recomposición del trabajo, violencia política, crisis de la democracia, lo cual debemos propiciar una “conciencia planetaria” que permita redescubrir nuestra condición humana y ser más humano, para la práctica de una cultura para la paz: solidario, fraterno, justo, motivador del cuidado amoroso de la naturaleza y fundamentalmente como aprendimos de Aristóteles el Zoo politicón, el hombre es ante todo un ser social, sino o es un “dios o una bestia”; de allí que nuestra conciencia planetaria nos produzca una acción personal  responsable frente a estos y otros desafíos.

William Ospina y su prospéctiva de la educación


   También otra gran dificultad que tenemos que sortear a nivel de la labor docente, es justamente el “trabajo en equipo” generando comunidades científicas de investigación aplicada y argumentativa y / o especulativa que nos permitan compartir saberes y avances en los procesos.

La propuesta aquí consignada para la comunidad educativa, es decir, una especie de línea delgada verde, espero,  sea robustecida con el aporte de todos, porque el “conocimiento es una construcción social”

Para la reflexión aplicable también a nosotros:

“El escritor no está al servicio de los que hacen la historia, sino de quienes la sufren si no, queda solo y privado de su arte” Albert Camus

 ¡Gracias! ¡Buen genio!...¡Cuídate!...¡Dios nos bendiga a todos!