martes, 22 de diciembre de 2020

REALIDAD SOCIAL Y NUESTRA MISIÓN COMO DOCENTES - 25 Aniversario

 

Discurso pronunciado Por Adalberto de Jesús González Peña, al momento de recibir el título de licenciado en Ciencias Sociales y Económicas, otorgado por la Universidad del Atlántico, el 22 de diciembre de 1995

Secretaria Académica: Mónica Maldonado; Decano de la Facultad de educación: Ángel Mancilla; Secretaria de la Facultad de educación: Ada Rosania; Vicerrector de estudiantes: Lic.: Fernando Charris Almarales; Coordinador del Programa de Sociales: Lic.: Jaime Álvarez y licenciados Daniel Cáceres y Alirio Pérez

    fotos album familiar grados

REALIDAD SOCIAL Y NUESTRA MISION COMO DOCENTES

 

    Cuando nos hallamos en las postrimerías  de un siglo XX que abunda en grandes acontecimientos, sobretodo de guerras y revoluciones, intento en estas reflexiones dar un poco de luz, en este periodo denominado por los tecnócratas del capitalismo como el fin de la historia, el ocaso de las ideologías y la victoria final de la economía de mercado, reeditando con nuevas etiquetas fetiches ideológicos, para hacernos perder la memoria, cuatro decenios después del boom del periodo de pos-guerra.

   En el marco de un orden mundial caracterizado por la globalización económica, de alta tecnología – cibernética, donde los mecanismos de explotación se perfeccionan, convirtiendo al hombre en un ser alienado, en una pieza más de un engranaje industrial; asimismo configurando un panorama en las relaciones internacionales de inequidad que contribuyen a hacer más profundo la brecha entre países ricos y pobres; originando conflictos sociales internos y la destrucción del ecosistema del planeta.

  Bajo estas circunstancias, nunca antes como en este momento resulta tan oportuno y necesario llamar la atención de problemas tan cruciales en nuestra historia, como los fenómenos de violencia generalizada que padecemos, y nuestro compromiso y responsabilidad de educadores de hombres que construyan sus vidas a partir de su propia actividad cotidiana y la realidad de su entorno, para una práctica democrática; y la democracia no es posible si no se enseña a pensar por sí mismo, a ser autónomos y críticos.

   Es indudable que esta comedia amarga que llamamos patria, la violencia, es el resultado de las profundas desigualdades sociales en que se ha debatido por centurias nuestro pueblo, donde tenemos la miseria y la ignorancia como vocación histórica de los desposeídos.

   En nuestra Patria, en donde el miedo, el dulce terror que alimenta desde su nacimiento a las gentes buenas, están acabando por imponerse; si no somos lo suficientemente  capaces de detenernos, para asumir una posición enérgica  y decir un  “Ya basta” a la mentira que hoy gobierna nuestra historia, donde el fraude y la corrupción política, se imponen como idiosincrasia nacional, con una justicia prostituida y la ausencia de toda ética.

   No es posible que en este mundo de ilicitud e impunidad, el miedo juegue un papel importante en nuestras vidas, el miedo a permanecer como espectadores sea mayor a encontrar un punto común, algo que pueda unirnos  para transformar esta comedia en historia. Hacemos parte de una sociedad civil, instalada en la comodidad del nada hacer, el sentarse a esperar, a observar; o sea una comunidad humana no problemática,  que suprime la duda y la necesidad de pensar por sí mismo; y lo que es peor, vivimos en una sociedad  donde en lugar de discutir un razonamiento, se le reduce a un juicio de pertenencia al otro –y el otro es en este sistema, es  sinónimo de enemigo, y este sistema se desarrolla peligrosamente hasta el punto que ya no solo rechaza toda  oposición sino también toda diferencia: el que no está conmigo, está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo.

   Asistimos entonces a una verdadera ola de escepticismo, del no respeto a la expresión ajena, se olvida entonces que la critica a una sociedad injusta, basada en la explotación y en la dominación de clases es fundamentalmente correcta y que la lucha por una sociedad igualitaria, sigue siendo necesaria y urgente.

   Sin embargo todos debemos aprender esta lección de horror que es nuestra historia, la lección nos enseña, no cedamos ante el odio, luchemos contra la violencia, pero con la firme convicción que ello signifique justicia social y democracia; para así tener una respuesta a nuestra responsabilidad moral ante la humanidad. Todos debemos recordar esto, y seguiremos convencidos de que tiene  que haber un futuro, a pesar del pasado y presente de nuestra historia de horror, porque no quiero que mi pasado sea el futuro de la próxima generación, la cual tiene derecho a vivir en paz.

    Luchar por la Paz, la Tolerancia, la justicia y los derechos humanos, esperando que estos principios gocen de reconocimiento general, y se graben en lo más profundo de nuestros corazones, en la conciencia y el pensamiento. Por estas razones ¡Compañeros! Los convoco a construir unidos nuestra verdadera historia, el país más grande, el árbol más frondoso, vive de lo que tiene debajo, la raíz de la búsqueda del tiempo perdido, la memoria social de la historia, es importante para cualquier proyecto de desarrollo, el hombre no puede actuar como un autómata, tiene necesidad de un respaldo espiritual y moral, de una idea, de la convicción de un proyecto de vida.

   Nuestra misión como docentes: debemos estimular una relación humana inquietante y perdurable, que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar para hacer una sociedad en que sea realizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, para ello es preciso combinar el entusiasmo y la crítica, el amor y el respeto.

   Por estas altísimas razones los convoco a un trabajo creador, difícil, capaz de situar al individuo a la altura de las conquistas de la humanidad, porque en medio del pesimismo de  nuestra época, se siguen desarrollando el pensamiento de las Ciencias Sociales, su filantropía,  las artes y la literatura. En medio del pesimismo de nuestra época surge la lucha de nuestros hombres, que la vida no les permita instalarse en una opción definitiva, sino que exige nuevas búsquedas y realizaciones; surge la rebelión magnifica de las mujeres, que no aceptan una situación de inferioridad a cambio de halagos y protecciones; surge la insurrección desesperada de  los jóvenes, que no pueden aceptar el destino que se les ha fabricado.

      Este enfoque nuevo nos permite decir como Fausto:

“También esta noche, tierra, permaneciste firme

Y ahora renaces de nuevo a mí alrededor,

Y alientas otra vez en mí

La aspiración de luchar sin descanso

Por una altísima existencia”

 Bibliografía:

Castro Haydar Alfredo, “Crisis y perspectiva del Socialismo” Amauta, agosto 1995

 Zuleta Estanislao,  “Elogio de la Dificultad” conferencia que presentó al acto mediante el cual la Universidad del Valle, le otorgó el título de Doctor Honoris Causa en psicología, noviembre de 1984

Algunas anécdotas de estos 25 años de mi aniversario de grado como licenciado en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad del Atlántico:

Una primera asociada a nuestra labor docente, como manifesté en primer día de clases con los estudiantes en la reunión comunitaria de 2020: “Si la escuela, no nos hace feliz, no sirve, bienvenidos a la felicidad”. Confieso soy feliz con mi profesión. Segunda, al momento de iniciar mi participación en el concurso en que fui nombrado, después de dos intentos fallidos, la tercera es la vencida, asumí esta cita bíblica en el proceso: “Los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse” (Isaías, 40, 31). Ciertamente al momento de verme en la lista de los nombrados, se vino a mi mente la cita anterior y una alegría infinita en el pecho que  surgieron gotas de sudor del alma. En la armonía cósmica tiempo espacio, mi grado 22 de diciembre de 1995 y posesión ante Secretaria de Educación 22 de diciembre de 2000

mis promociones laurelistas

... ¡Gracias Totales! a todas las personas que han permitido mi labor docente, compañeros docentes, directivos, estudiantes, padres de familia…y “Se logra con que se piensa,  deber ser de nuestra ciencia”

Por último ¡Gracias infinitas a Dios! Citando el salmo 116:

Que puedo devolverle a Dios?

Por las bendiciones que el derramó en mi

Levantaré alto la copa de la salvación

Que es un brindis hacia Dios

Cumpliré la promesa que le hice

De escuchar mi corazón

Salmo 116

Versión: Dios Habla Hoy

12 ¿Cómo podré pagar al Señor

todo el bien que me ha hecho?

13 ¡Levantaré la copa de la salvación

e invocaré su nombre!

14 Cumpliré mis promesas al Señor

en presencia de todo su pueblo.

 







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