martes, 17 de febrero de 2015

Festival de Orquestas 2015 Magno Concierto de Rubén Blades, un llamado a la conciencia Latinoamericana

Inicio estas breves notas reconociendo que no soy un experto en el conocimiento de la salsa, el guaguancó o el son montuno, solo soy un amante de estos géneros y manifestaciones musicales que mantienen la unidad y la identidad  en la diversidad cultural del ser latinoamericano. Por eso permítanme hacer mis apreciaciones del magno concierto de Rubén Blades en el festival de orquestas 2015
Evidentemente un concierto pedagógico, autobiográfico y un profundo llamado a la conciencia latinoamericana para creer que se puede, ¡¡¡Claro que se puede!!! Luchar por hacer un mundo mejor o como lo dijera en esta noche estelar Rubén Blades: “Debo dejar este mundo, mejor de cómo  lo encontré”
Con una entrada sinfónica las primeras canciones: Plástico y Decisiones, un llamado sobre todo a la juventud que deja entrever que el reconocimiento de la verdad de nuestra realidad, esta   en el primer orden para el cambio social, ciertamente vivimos un mundo de fascinación y de mentira que no nos permite ver nuestras potencialidades, por seguir viéndonos representados en esquemas ajenos a nuestra realidad. Requerimos una segunda oportunidad en el concierto de las naciones, en que la urdimbre del tejido de nuestra democracia nos permita convivir en las más diversas tendencias políticas, sin violentarnos y con la prevalencia del estado social de derecho.
Rubén hizo referencia a una anécdota sobre un libro que le obsequiara autografiado Gabriel García Márquez en el año de 1980, quien se lo envió con un amigo, pero este no lo pudo localizar en Nueva York. Hoy  la noticia más grata para El, en Barranquilla fue recibir el libro, afirmando que gabo aún nos está regalando lo más preciado de su obra. Seguidamente  como un homenaje a nuestro nobel interpreta la canción: “Ojos de perro azul”
 Una canción providencial y profunda: El Padre Antonio y El Monaguillo, dedicada al padre Arnulfo Romero, asesinado frente a su feligresía en El salvador, asolado por una cruel guerra civil en los años `80s. Y se me viene a la memoria este acontecimiento que escuche por la radio  en un avance informativo en el billar de mi viejo, en un perdido y olvidado pueblo de las sabanas de Sucre.  Evocando estos acontecimientos Rubén Blades interpreta: “Prohibido Olvidar” para no seguir cometiendo los mismos errores del pasado en esta tragicomedia que llamamos historia
Entre las canciones favoritas del público barranquillero interpreto: Amor y control, con un coro infinito éntre los asistentes
Y así, entre canciones y relatos, sin caer en una apología insulsa, hizo a alusión a la vida  de entrañables amigos como Héctor Lavoe con la canción “el cantante” y José Feliciano: “Yo puedo vivir del amor”.  En fin, me quito el sombrero ante este Personaje de la Música latinoamericana, fue un mensaje directo a la conciencia latinoamericana para fortalecer nuestros lazos de amistad y crecer dejando de lado prejuicios culturales, étnicos, socioeconómicos, políticos. Una invitación a creer que se puede, pero, Prohibido olvidar.
Ruben Blades, El cantante y Cristina Felfle Fernández De Castro la Soberana de nuestros carnavales 2015